No los INSULTARÉ, no diré que esto es
arte,
pero
tampoco NEGARÉ que
GRITÉ
y
LLORÉ
a
través de este papel.
Crecer no es duro,
crecer no es triste,
crecer es CRUEL,
deberíamos nacer grandes.
La poesía no es cerebral, es VI-SE-RAL.
Para un
atisbo poético hay que estar jodidamente viserado,
hay que estar con el sentimiento
mismo
quemando en las manos
rasgando la hoja
comiendo el papel
ardiendo el cuerpo,
los
ojos,
la voz.,
Para
algo símil a la poesía,
hay que podrirse en el mismo
sentimiento
excretarlo con las palabras.
escupir
el alma
vomitar los
sentimientos
parir la medula vital.
Y así estoy,
jodidamente viserado,
jodidamente cansado
de todo este SIMULACRO.
estoy aquí,
a mansalva
como mis antecesores
(y todos los mal nacidos)
centralmente incrédulo (ante el mundo y las utopías)
a un paso de la definible uniformidad,
de potenciar la mortificación histórica
con clásicos como:
Yo
también quise cambiar el mundo,
pero
también crecí,
creí,
corrí,
caí,
CAMBIÉ.
Me golpeó la
desconfianza
la lucha contra el
sistema baleo mi cerebro
desenredé
mis hilos concluyendo
que la historia
ha sido siempre …
la misma historia,
que cambia de escenario,
de personajes,
pero constante dura en su cauce.
Los plebeyos romanos no pedían algo
diferente
de los franceses en su revolución
¿Y sabes?
La historia en el papel no objetó al
firmar,
pero luego poco poco
las razones del olvido punzaban más
fuertes
que las de igualdad, libertad y
fraternidad.
¡Es que
hombre!,
los humanos no aprendemos nunca,
nacimos para olvidar
nuestra vida no es más
que el remedo flojo de un dios griego,
es nuestra
acción intrínseca: EL ERROR.
Nuestro círculo se imprime en cada
nacimiento.
¿Y ahora? Tengo esa falsa libertad: (Con dos o más opciones)
Darme un balazo.
vivir
inerte (Vegetar)
ser un buen ciudadano (engañarme pensado que cumpliendo las reglas
algo puedo llegar a cambiar)
podrirme en vida en el “lado
oscuro de la fuerza”.
Simplemente
seguir.
Morir no me asusta, (Aunque suene cliché)
pero mi
chip social lo bloquea y envenena.
vivir no me asusta,
ya no
tengo nada que perder. (Aunque suene cliché)
pero tampoco nada importante que
ganar
no creo en el amor
no creo en el odio eterno
no creo en Dios
no tengo razones para vivir,
pero
tampoco las suficiente para morir.
Es una encrucijada vital (Sé
que cometeré el mismo error que todos)
seguir,
y luego escudarme en el porqué,
aunque me case con el cuestionamiento.
(De-por-vi-da)
Ok ok, tienen razón,
para
poder escribir poesía
la masa encefálica no debe faltar.
La
prominencia cerebral no es escasa
al maquillar
un basurero,
necesitas cantar muchas palabras en
alto,
Para ignorar el chillar de las
ratas en el.
Todo depende de tu talento al maniobrar
aquello que tienes sobre los hombros
Y si yo comprara mi almuerzo en base de ello
Supongo que no tendría problemas
para mentir o para fingir,
para
disfrazar o vendar.
Pero no es así.
Esto no es poesía,
no es un ensayo
Es
simplemente un fluir.
Son las víseras saliendo por mis manos
Es mi
alma pariendo mierda.
Es ver como tus bases
como
tus puentes
como
pilares
Se caen
invisibles al ser inexistentes más allá de su concepto.
Meras palabras, (como
estas)
que no
tienen ningún significado si no se las doy.
No existen
Nada de lo que nos rodea tiene una
esencia.
Todo es mentira
Nuestros
convenientes inventos
Y la excepción que nos antecedió (¿Naturaleza?¡Sí,
naturaleza!)
Bebe nuestra infección
Somos los pequeños dioses
Que
despedazamos
Todo aquello que nos recuerde
nuestra imperfección.
No, miento, todo es en realidad…
Un mal
chiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.